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miércoles, 30 de diciembre de 2009

Huelga Fabril en INTERMAT - 2002 Artículo

* Emir Iskenderian Aguilera

En la última huelga de los obreros del ingenio San Aurelio (contemporánea a la huelga en Intermat), dirigentes sindicales del Ingenio amedrentaban a los obreros exponiéndoles el fracaso del paro indefinido de Intermat, predicando como “no ejemplo” la lucha de los obreros de esta fábrica. – Si radicalizamos, nos botan, como botaron a todo el sindicato de Intermat – fue el rumor entre los trabajadores. Sumada a esta línea política del sindicato, vendida a la patronal, esta la ausencia de una explicación clara sobre este fatal desenlace para el sindicato de Intermat. Se sucede entonces sin resistencia alguna, una explicación ideológica de la realidad, no científica, que muestra y encubre a la vez, el objeto que queremos conocer. Explicación que a su vez se remite directamente a justificar, parcamente, la no-radicalización de la lucha proletaria.

El reciente despido ilegal de los obreros de Intermat, no es ninguna novedad para la práctica de esta empresa, y muchas otras más. Talvez lo nuevo, es que estos despidos fueron luego de 21 días de huelga indefinida, por parte de 14 obreros. Huelga que pareció en cierto momento conducir a una interesante victoria obrera, para luego concluir en la desaparición de la organización obrera en la fábrica de puertas y ventanas Intermat. El par de centenar de obreros de San Aurelio, en demanda por el pago de varios salarios devengados, se proclaman en un paro escalonado e, incapaces de avanzar más, no se animan a radicalizar la lucha; en cambio, estos 14 escasos trabajadores de Intermat, estaban ya en la ejecución de un laudo arbitral a su favor y en la cobranza real del pago parcial de salarios impagos.

Para precisar algunos aspectos de lo que realmente pasó en Intermat, sobre la particular lucha de clases en esta unidad capitalista de producción, trabajamos con los huelguistas para lograr un breve relato de la historia de la empresa; enseguida, hacemos una digresión al respecto del carácter burgués del Laudo Arbitral a favor de Intermat, y concluimos con la coyuntura específica del despido de los ex huelguistas.

Breve historiación de Intermat

Entre 1992 y 1997, INTERMAT era propiedad del argentino – italiano (Antonio Oblack). Estos propietarios pagaban puntualmente los bonos, beneficios, primas, sueldos, uniforme, lactancia, etc. La cantidad de obreros ascendía a 350. Se exportaba la producción a la Argentina en un promedio de 11 trailers mensuales (carga por trailer: aprox. de 400 puertas y 400 ventanas) cargado con puertas, ventanas, moldura y madera cepillada para marcos. El precio de venta en Argentina oscilaba entre 250 a 500 dólares por puerta y 100 dólares por ventana.

Antonio Oblack al traspasar su empresa a sus nuevos dueños, El Banco Unión (por una deuda de 9 millones de dólares al Banco Unión), no quiso quedarse con deudas de las liquidaciones correspondientes a los obreros y dejó el dinero para todo el personal en el Banco Unión. Estas liquidaciones fueron retenidas por el banco e invertidas en la empresa. Al pasar a ser propiedad de los actuales dueños (Jorge Valdez, accionista del Banco Unión es el dueño de la fábrica), se reduce paulatinamente el personal hasta llegar a unos 40.

Hacia mediados del 2000, Intermat consigue contrato con EE.UU. vía un intermediario llamado Alpha en La Paz. La administración se quiso avivar y transar con el cliente en los EE.UU. , sin el intermediario. Pero el comprador en EE.UU. se lo comunicó al intermediario en la Paz y le cortaron el contrato. Sólo se pudo mandar un conteiner con 180 muebles de un contrato de 3000 piezas. Para hacer los muebles de este contrato fallido, se invirtió en materia prima, madera “lenga” traída de Chile, y se compraron nuevas máquinas. Según el gerente, se gastó medio millón de dólares para prepararse para el contrato. Hasta entonces pagaba regularmente, pero fracasó en el intento de fabricar muebles, y desde entonces pagó de pucho en pucho y se desapareció de la empresa por unos tres meses. Desde esta pérdida del contrato con EE.UU., ya no pagó a la caja de seguros, ni dio lactancia, ni canceló a la AFP, pagadas sólo hasta 1999. Desde el año 2000, Intermat debe lactancia, seguros de caja, aportes a las AFP, aportes sindicales.

Mujeres entraron a trabajar en al producción de los muebles destinados a los EE.UU. Las mujeres se pusieron a trabajar en las puertas. Se las contrató a 30 bolivianos por día, con un descuento de 6 bolivianos por un supuesto seguro de accidentes. Trabajaban entre 14 a 24 horas al día. Las embrazadas hacían 12 o 13 horas. Finalmente se despidió a las mujeres, a pesar de que estas tenían en pie un Pliego Petitorio aunque, según ley, no se puede hacer despidos cuando hay Pliego. La Federación de Fabriles y la Inspectoría de Trabajo no pudieron hacer nada, dijeron que iban a multar a la empresa, pero esto no se ejecutó (2001 en enero).

Un salario básico de obrero en INTERMAT asciende a 800 bolivianos por mes. A estos trabajadores se les ofreció un bono de 0,5 centavos por puerta terminada. Bajo este acuerdo los obreros empezaron a trabajar más de doce horas al día, y si antes producían un conteiner en 45 días, produjeron desde entonces tres y medio en el mismo lapso de tiempo. Sin embargo, a pesar de haber aumentado la producción (y la explotación) del obrero, el patrón incumplió el acuerdo, cancelando solamente parte de los bonos prometidos y nada del salario correspondiente. INTERMAT exportó los productos a México donde cada conteiner de puertas tiene un precio de 40.000 $us (La empresa por conteiner gastaría $us 5.000 en sueldos y 10.000 en materias primas, dando utilidad de 25.000 $us).

El pliego petitorio del 28 de diciembre del 2001 de los trabajadores de la empresa INTERMAT demandó el pago de la prima del año 2001, el bono de producción, uniformes de trabajo por 2 veces al año, pago puntual del salario, aumento salarial y el pago de las contribuciones a las AFPs, (ya que la empresa siempre se la deduce de los sueldos, mientras que hace ya año y medio que no las cancela a la administradora de pensiones).

Tras dos meses de sueldos atrasados del año 2001, de octubre a noviembre, haciéndose este último mes un paro de 24 horas exigiendo estos sueldos, lograron que se les pague una quincena de octubre. Luego de este paro los largaron a “vacaciones forzosas” y conforme iban regresando, les dieron preaviso de despido a todos, incluyendo al sindicato. En vacaciones los trabajadores fueron a la Inspectoría del trabajo e hicieron una demanda por meses de salario adeudado y despido ilegal. La inspectoría ordenó a la empresa que pague los sueldos y que levante la carta de preaviso a todos. Se acordó con los trabajadores, verbalmente, un pago en cuotas de lo adeudado; acuerdo que no se cumple. Al día siguiente del acuerdo, los obreros mandaron a la empresa un pliego petitorio, porque sabían que al volver de las vacaciones se les iba a dar otro preaviso, y así les ganan la mano, demandando leche, ropa y sueldos, y un aumento salarial el 2002

Durante las vacaciones Luis Terán (quien era entonces gerente de la empresa) visitó a los más antiguos trabajadores para convencerlos de que se retiren voluntariamente, y lo logró con 12 personas. Les prometió pagarles sueldos atrasados y beneficios. A la hora de la verdad dijo pagarles los beneficios en 5 cuotas, de las cuales pagó solamente una. Al retirarse estos 12, los recontrató a destajo, obligándolos a trabajar, porque si se retiraban, no les pagaba las demás cuotas. Entran de las vacaciones hasta el 15 de enero, y se enteran de las visitas de Terán, quedaban solamente 14 trabajadores fijos, que son los que comunican un paro indefinido. El lunes siguiente, el secretario general avisa que se trabajará normalmente en vez de empezar el paro, pues les pagarán una quincena, y entran a trabajar.

El 15 de enero del 2002, el entonces secretario ejecutivo del sindicato de Intermat, suspendió la huelga programada para ese día. Este dirigente fue denunciado como agente a servicio del patrón y ha sido destituido a golpes de su cargo por traidor. Luego de la expulsión de este secretario, asumió el segundo al mando, José Justiniano. En febrero del 2002, hacían casi 4 meses que no se le pagaba a los obreros y Luis Terán, continuaba negándose a pagar puntual y completamente los salarios a los obreros. “Me voy a herniar antes de que me saquen plata”, decía Terán a los trabajadores. Según averiguaciones de los obreros, Terán posee más de 12 millones de bolivianos en sus cuentas bancarias. Dieciocho trabajadores que se negaron a renunciar, iniciaron una huelga indefinida el 13 de febrero del 2002, e impidieron el ingreso de los trabajadores a destajo y luego el ingreso del personal administrativo de la empresa.

Sobre la participación de la Federación de Fabriles y la Central Obrera Departamental en apoyo al paro y bloqueo, los obreros comentaron que E. Fernández, secretario ejecutivo de la Federación les dio unos “consejos burros” y que la COB no quiso dar ni un papel membretado.

El 15 de febrero de 2002 Terán interpone una querella criminal en contra del sindicato por sabotaje, pero esta querella se anula porque se presentó un hábeas corpus. La querella de sabotaje se declara improcedente por falta de argumentos y testigos. Declaran improcedente el habeas corpus por no haber querellados detenidos.

Antes de comentar el último episodio (el despido del sindicato) de esta historiación, haré a continuación una breve digresión entorno al carácter de clase del laudo arbitral que falló a favor de los obreros de Intermat, y su relación con la huelga empezada el 13 de febrero de 2002.

El Arbitraje obligatorio

Señalaremos primero que, el derecho, en una sociedad capitalista dividida en clases enfrentadas entre sí, representa la voluntad de la burguesía (clase dominante) eregida en ley. El derecho burgués, nace de los intereses de la burguesía, expresa jurídicamente su ideología y se sirve del Estado para imponerla. Veamos el ejemplo de cómo trata la ley burguesa la cuestión de las huelgas. Las huelgas están reguladas por la Ley General de Trabajo, en ella se obliga a la “legalidad” de una huelga, por que de ser ilegal la fuerza pública arremete contra los trabajadores, que serían tipificados penalmente como profesionales del crimen organizado en pleno acto de sabotaje. Es decir, que los obreros para movilizarse legalmente contra los capitalistas, tienen un proceso que cumplir. El primer paso, al que obliga la burguesía, es a presentar un pliego petitorio a la Empresa, a la Dirección de Trabajo y a la Prefectura. El desafortunado obrero, con su respectivo asesor en abogacía, debe recorrer diversos aparatos del estado (creados justamente para combatir y desorganizar a las clases explotadas) notificando sus demandas y especificando a sus enemigos de clase las tácticas de su pronta resistencia. Superados estos gastos, si la empresa no responde al pliego petitorio (lo que no quiere decir que no responde a la amenaza de paro) ambas partes, patrones y obreros, son llamados a la conciliación (siguiente paso obligatorio antes de que se pueda declarar una huelga), si durante el proceso de conciliación, en el que la Dirección de Trabajo hace de mediadora, no se arriba a ningún acuerdo, recién el conflicto avanza a su próxima instancia, el arbitraje. El Arbitraje, es una institución creada como alternativa al litigio judicial, para resolver algunos conflictos. En vez de un Juez, esta el Arbitro, o un Tribunal Arbitral, y en vez de la sentencia del juez, se da el Laudo Arbitral. Así, las partes en conflicto se someten al arbitraje, ceden obligatoriamente a terceros la resolución de sus problemas. El arbitraje decide por una u otra parte, y el laudo – atención sobre este punto - (en el caso de las relaciones laborales) es de cumplimiento obligatorio, solamente, si las partes así lo convienen antes. Ahora bien, si toda esta coerción jurídica no resuelve de alguna manera el conflicto, si fallan las peticiones, la conciliación y hasta el mismo arbitraje no resuelven las necesidades de las partes enfrentadas, ¿qué le queda por hacer al obrero?...una huelga “legal”, la que debe comunicar al capitalista con 5 días de anticipación.
Para ejecutar un laudo arbitral, se precisa auxilio judicial. Se plantea una demanda judicial para ejecutar el cumplimiento del laudo arbitral, un largo y costoso camino. Este proceso, por ridículo que pueda parecer, al enfrascarnos en un circuito de instituciones burguesas, doblega al obrero, cansa hasta a los más entusiastas, y lo deja, como hemos visto, ante la necesidad de pagar más abogados para que éstos recurran otra vez, a las estructuras burguesas. Así de larga resulta la cuestión, y mientras tanto se dilatan las negociaciones, la tensión afloja, se logra contener, someter, a los trabajadores directos. Todo este lío fue seguido con ejemplar temple por el sindicato de Intermat. Detallamos enseguida, brevemente, el proceso seguido por Intermat en lo que respecta a lograr a su favor un Laudo Arbitral y una posterior declaración legal de huelga. Para concluir este acápite citamos una evaluación que hicieron los trabajadores de Intermat sobre este proceso, al declarar lo que ha sido hasta la fecha, su última huelga (planteada como recurso por el fracaso parcial de la ejecución del laudo arbitral).

El 17 de enero del 2001, el sindicato de Intermat entregaba a las instancias correspondientes un pliego petitorio de siete puntos, que contemplaban aumento salarial, bono de transporte, bono de asistencia, bono de alimentación, bono de producción, becas de estudio y la sindicalización en forma automática de todos los trabajadores. La empresa no respondió al pliego y continuó con la serie de despidos fraudulentos que venía haciendo. La empresa tampoco se presentó a la conciliación, por lo que se pasó directamente al arbitraje. El tribunal arbitral estuvo constituido por un árbitro por cada una de las partes, y el director de la Dirección de Trabajo. Este tribunal, recién el 27 de agosto del 2001 falla, dictaminando el pago de los bonos de alimentación y transporte, la ropa de trabajo y el subsidio de lactancia. Pero este laudo no dictaminó un monto a pagarse. El laudo al no ejecutarse dos meses después de su dictamen, fue a pedir el “auxilio judicial”, para ejecutar la sentencia, y es en esta demanda donde aparecen el primer monto concreto (aprox. Bs. 160.000) por el pago de los mentados beneficios a más de cuarenta obreros. La empresa reconoce la deuda pero no el monto y traen su propia planilla. A estas alturas, el juez de trabajo dictamina a que la empresa pague la deuda (pero no ordena un peritaje sobre los montos). Pero como Intermat tampoco pagó, el juez ordenó el embargo preventivo de sus cuentas, pero ya estaban embargadas por otro asunto, así que finalmente se ordena un peritaje. El peritaje salió mal, por falta de datos y distorsión de la información por parte de la empresa (menos días trabajados, sin cuenta de horas extra), además que ambas partes rechazaron el monto (aprox. Bs. 90.000). Finalmente - actualmente (27 de marzo de 2002, posterior al despido del sindicato de la empresa), el juez ordena que se haga otro peritaje, dentro de Intermat y que se base sobre: a) tarjetas de asistencia individuales, b) boletas de pagos mensuales individuales, c)Planillas de pagos o reintegros realizados, y otros.

El despido de los huelguistas

Terminábamos la breve historiación de Intermat con una querella criminal contra los huelguistas. Decíamos que 14 obreros, desde el 13 de febrero estuvieron en un paro de carácter indefinido que se prolongó por 21 días. Esta huelga, por el pago de cuatro meses de salarios atrasados, fue declarada al agotarse las instancias burguesas de resolución de conflictos laborales (el estancamiento de la ejecución del laudo). El 5 de marzo, se levantó la huelga, a cambio, los 14 trabajadores recibieron sus finiquitos (al aceptar el finiquito fueron de hecho despedidos ilegalmente, por ser despidos al interior de un conflicto entre el colectivo de trabajadores y la empresa), pago parcial del laudo y pago parcial de sus salarios. Aceptar el finiquito no representa aceptar el despido, menos si se realiza en medio de un conflicto colectivo, donde existe la posibilidad de exigir la recontratación, y de ser así, se les paga el tiempo despedido, como trabajado normalmente. Los catorce, en una decisión conjunta se retiraron de la empresa, varios por cansancio, otros por querer dedicarse a otra cosa, y los demás por el cumplimiento de sus abusivos e ilegales pre - aviso de despido. Sin embargo, estos trabajadores y unas cuarenta más, han iniciado (aparte del laudo) una demanda de reliquidación de beneficios sociales. En sus antecedentes esta demanda dice (14 de mayo de 2002):

“Resulta Señor Juez, que nuestros mandantes fueron retirados en distintas fechas, unos mediante promesas de ser recontratados nuevamente y otros mediante amenazas, descuentos injustificados de salario, falta de pago por más de tres meses y una serie de irregularidades cometidas por el patrón en nuestra contra, las mismas que eran justificadas con el simple argumento de que la empresa estaba en crisis. Es así que nos suspendió los pagos de lactancia, transporte y otros y se comenzó a retirar a grupos de 10 personas, pero con finiquitos y cálculos antojadizos donde a parte de no pagarnos el DESAHUCIO se nos engañaba en el cálculo del sueldo promedio indemnizable, horas extra, primas, bono de producción, etc.

Todas estas aseveraciones de la mala conducta de la Empresa la estamos probando con documentos como ser Cartas de Pre – avisos posteriores a la elaboración del finiquito, renuncias voluntarias que nos hacía firmar la empresa – y que también son posteriores a los pre – avisos y finiquitos. Todos estos actos fraudulentos con el único fin de vulnerar nuestros legítimos derechos a percibir una declaración de acuerdo a ley.

Por tal razón recurrimos a su probidad a objeto de demandar el pago de nuestras reliquidaciones de beneficios sociales, las mismas que están integradas por los conceptos de DESAHUCIO, REINTEGRO DE INDEMNIZACIÓN, REINTEGRO DE AGUINALDO, VACACIONES, REPOSICIÒN DE SALARIOS DEVENGADOS, PRIMA DE LA GESTIÓN 2.000 Y 2.001, BONO POR CONTAINER Y HORAS EXTRAS, cuyos totales individuales y general están respaldadas en la planilla adjunta (...)”.

Esta última demanda de reliquidación a Intermat, esta firmada por 54 obreros, y la suma reclamada haciende a Bs. 725.111.42. Actualmente (marzo de 2002) trabajan 8 obreros a destajo y cuatro administrativos. El “retiro” de estos obreros de Intermat en la coyuntura actual significa una DERROTA más del proletariado. Se ha eliminado una organización del obrero. El desestructurar la resistencia organizada (sindicatos) de los obreros contra la superexplotación, es una de sus políticas para reducir sus costos de producción (no pagar beneficios sociales, extorsionar impunemente) y para enajenarlo más aún.

La embestida patronal y la defensiva obrera, son la actual coyuntura de la lucha de clases. Toca a los obreros, organizar una defensiva estratégica, sacar ventajas de la coyuntura y avanzar hacia la ofensiva proletaria.



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Publicado en EL COMUNISTA No 5 / Editado por el Centro de Estudios del Movimiento Obrero Fabril - CEMOF / Santa Cruz de la Sierra, Bolivia - 2002 / Escrito: E. I.

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