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martes, 6 de abril de 2010

Bolivia, cumbre climática para una glaciación

Emir Iskenderian Aguilera *

Bolivia será pronto sede de unos de los eventos mundiales más mediáticos de la actualidad. Se trata de una Cumbre sobre el Cambio Climático. Una vez fracasada la Cumbre del Clima de Copenhague, alguien tuvo la idea de hacer un evento alternativo en Bolivia. Vaya oportunidad para los bolivianos. Dicen que vendrán más de 10.000 personas... Ojalá aprovechemos la oportunidad para debatir abierta y libremente sobre este asunto vital para el planeta y la humanidad.

El fracaso de Copenhague no ha sido solamente político, sino que es además la caída estrepitosa del intento de consenso entre Estados, ONGs y otros, sobre la base de un falso discurso. No es cierto que la reducción de la actividad industrial contaminante detenga el "cambio climático". Ni es cierto que el humo de las industrias este provocando el "agujero de ozono". Tampoco es verdad que el planeta seguirá calentándose indefinidamente. Y no ha de creerse que el conjunto organizado de la humanidad (si algo así fuera posible en esta época) pueda evitar el advenimiento del famoso "cambio climático". Sencillamente, ninguno de los habitantes de la Tierra podrá librarse de uno de los inmensos y cíclicos fenómenos globales del planeta... las Glaciaciones.
Una glaciación es un período de tiempo en el que las temperaturas de la Tierra permiten la extensión de glaciares hasta las latitudes más bajas, extendiendo a ellas el frío. El período entre dos glaciaciones se denomina interglacial y es una fase más cálida en que desaparecen los hielos de las regiones polares. Veamos un poco en detalle este asunto de una vida planetaria que oscila entre calores y fríos milenarios.

La Glaciación de Donau sucedió hace 2.000.000 de años. La glaciación de Günz comenzó hace 1,1 millones de años y finalizó hace 750.000. La glaciación de Mindel se estima que comenzó hace 580.000 años y finalizó hace 390.000. La glaciación de Riss comenzó hace 200.000 años y terminó hace 140.000. La glaciación Würm fue la última que conoció la tierra, se considera que comenzó hace 100.000 años y terminó hace 12.000.

Ahora bien, de esta última se conocen tres períodos: 33.000-27.000 a. C., Würm I, clima frío; 27.000-23.000 a. C., con una oscilación llamada Paudorf, que fue una variación climática en que se volvió el clima templado; 23.000-12.000 a. C. El período Würm II, con un clima frío tuvo una oscilación de clima templado del 12.000-11.000 a. C., llamada de Bølling. Entre el 11.000-10.000 a. C., se desarrolla el período Würm III, de clima frío, y entre 10.000-9.000 a. C., tuvo lugar la Oscilación de Allerød, con un clima templado. Después de 8.000 a. C., vivimos una era Postglaciar, con un clima templado-cálido.

Entonces... ¿que nos toca ahora? Theodor Landscheidt, de Schroeter Institute for Research in Cycles of Solar Activity, en Alemania, nos explica que "El análisis de la variable actividad solar en los últimos dos mil años indica que, contrariando a las especulaciones del IPCC acerca de un calentamiento global inducido por el hombre de 5,8°C en los próximos cien años, se espera un largo período de clima frío con su pico más frío hacia el año 2030".

En una publicación en red especializada en Historia del Clima, leemos que "Durante una glaciación la temperatura media de la Tierra es más de 10 ºC más baja que la del clima actual. Los casquetes de hielo se extienden miles de kilómetros y cubren gran parte de Europa, Asia, Norte América y Suramérica formando un gran inlandsis. Estas condiciones han imperado durante el 80% de los últimos 2,5 millones de años. Se podría decir que el clima de la Tierra tiende a ser glacial".

Por su parte, Víctor Manuel Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM agrega que "El fenómeno del cambio climático, debe comprender otra clase de factores, internos, como los volcanes y la propia actividad humana, y externos, como la actividad solar... Curiosamente, al astro nunca se le ha visto como un agente de enfriamiento, sino de calentamiento, pero tiene los dos papeles... En la actualidad, el mundo vive una etapa de transición donde la actividad solar disminuye considerablemente, así que, en dos años aproximadamente, habrá una pequeña era de hielo que durará de 60 a 80 años, y la consecuencia inmediata de ello, será la sequía".

A su vez, el investigador Thom Hartmann asegura que "... si bastante agua dulce fría que viene de los casquillos de hielo polar y de los glaciares que se derriten en Groenlandia se vierte en el Atlántico norte, esto cerrará la Corriente del Golfo, la cual mantiene Europa y el noreste de Norteamérica calientes. El peor escenario sería una verdadera vuelta a la Época Glacial - en un período tan corto como 2 a 3 años de su inicio - y el escenario mediano sería un período como la "Pequeña Época Glacial" de hace algunos siglos que interrumpió los patrones mundiales del tiempo conduciéndolo a inviernos extremadamente fríos, sequías, desertificación mundial, faltas de cosecha y guerras alrededor del mundo."

Por su parte, un diario de Londres, The Espectator, explicaba que "... el consenso de la opinión científica en los años 70s era que el mundo se dirigía a una nueva Edad de Hielo". Ya para 1975, el editor del New Scientist estaba advirtiendo que "la amenaza de una nueva Edad de Hielo debe ahora estar al lado de una guerra nuclear como una muy posible fuente de muerte masiva y miseria para la humanidad... En todo caso, es el riesgo de una nueva edad de hielo lo que tenemos que temer. Cuando las Edades de Hielo llegan, según nos dicen los registros geológicos, ellas lo hacen muy rápido, en un término de pocos años. Una repetición de la última edad de hielo vería a los casquetes de hielo polares extenderse hasta el Támesis. Gran Bretaña se trasformaría en Groenlandia, capaza de mantener asentamientos marginales en sus costas del sur, pero un desierto el resto. Lo que es más, los registros geológicos muestran que las edades de hielo tienden a ocurrir a intervalos de 10.000 años, y están precedidas de algunas pocas señales de calentamiento. La última edad de hielo finalizó hace 10.500 años".

Un poco de investigación y lecturas preclaras nos dejan datos y criterios suficientes como para entender que quizás deberíamos alegrarnos por el fracaso de la gran farsa e impostura de los fans de Copenhague, pues ni la más alta de sus aspiraciones supondría un cambio mínimo de ritmo en la poderosa corriente del golfo, ni un ápice de milímetro movido en la ruta elíptica de la Tierra alrededor del Sol. Lecturas que nos dejan la seguridad de saber cuál es la historia climática general del planeta, una historia de edades de hielo, algunos siglos con picos de calor y nuevas edades de hielo, todo dentro de larguísimas glaciaciones que duran decenas de miles de años.

Y si nuestra suerte ya está echada ¿Qué queda? Hay quienes opinan que la cultura humana es una larga experiencia acumulada de adaptación al entorno natural y a las alteraciones del clima. Y Bolivia tiene una variedad de culturas con la capacidad de hacer aportes significativos a la sobrevivencia humana a mediano y largo plazo.

¿Exagerado? Las culturas que han creado tubérculos de pampa y bosque o cereales de altura o sistemas hidráulicos para riego, son registros genéticos e históricos claves para enfrentar una reducción abrupta de temperaturas que dará inicio al pico de frío en la actual Glaciación. Además, Bolivia podría ser, a muy corto plazo uno de los pocos países capaces de aprovechar las energías de subsuelo para dar calor y para utilizar en la producción, tanto de sus habitantes, como la de los vecinos. Este país andino-amazónico daría un caluroso, tierno y gran abrazo, clave para la supervivencia regional

En esta Cumbre sobre el Cambio Climático que habrá de realizarse en nuestro país, tendría que discutirse la falsedad ideológica del discurso imperialista sobre una suerte de "calentamiento global de causas inotrópicas" y sus consecuencias prácticas en las políticas de Estado y por otra parte, quizás la más importante, la discusión sobre la seguridad alimentaria y energética para enfrentar el frío inminente que golpeará nefasto los días de una humanidad urbana acostumbrada al supermercado y el petróleo como base su sostén.

¿Cuál es la capacidad que tenemos como sociedad de adaptarnos a variaciones bruscas de temperatura?; ¿Qué políticas llevan adelantes nuestros gobernantes ante la inminencia real de picos de frío en una glaciación?

Un pregunta más ¿Cuál sería la reacción del imperialismo, del imperio, en un escenario parecido al "Día después de mañana", en el que un enfriamiento abrupto haga colapsar a las sociedades industriales? Una imaginación perversa se figuraría que tendrían más fácil su sobrevivencia, inmensas unidades militares con capacidad de acción transnacional, y que serían enviadas a los puntos estratégicos del planeta en los que se encuentran los recursos esenciales para la supervivencia del Estado, su gobierno y determinadas clases sociales (recursos como la papa, coca, quinua, agua o el gas)

* Licenciado en Relaciones Internacionales.

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2010021303

Bolivia: Ideología dominante en la pre Cumbre Climática de los Pueblos





Emir Iskenderian Aguilera *

En Cochabamba a fines de marzo pasado, 500 delegados de los pueblos indígenas y los movimientos originarios de Bolivia se reunieron dos días para elaborar una propuesta única dirigida a la Conferencia Mundial de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que se celebrará en Tiquipaya entre el 19 y 22 de abril. Creemos que están equivocando el camino antes de empezar.

Un error teórico conduce a un error político. Mientras esperamos a la constitución de un Tribual de Justicia Climática", al reconocimiento global de la Pachamama como sujeto de derecho, a la reducción del 50% de las emisiones de dióxido de carbono, o aquellos miles de millones de dólares de la Deuda Climática, mientras... queda menos tiempo para comprender y adaptarnos como sociedad a la verdadera realidad del clima: estamos entrando a un pico de frío de una nueva glaciación, fenómeno precedido por un breve período de calentamiento. ­

Así es el clima de Gaia, con largos y milenarios fríos, algunos siglos de calor conocidos como los "óptimos climáticos" que se dan en períodos interglaciares. Y es justamente del clima de la Madre Tierra de lo que no se habló en la pre cumbre climática de los pueblos en Bolivia. El acuerdo previo alcanzado en dicho evento, tuvo como base de interpretación del comportamiento del clima, a un discurso ideológico burgués, no científico.


Fue llevando adelante por agentes inconscientes de rol que desempeñan como reproductores de la ideología dominante. Su aparato emisor matriz: el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El falso discurso burgués sobre el supuesto cambio climático también se expresó - por ejemplo - en la frase de un dirigente indígena durante dicha Pre Cumbre: "El cambio climático alteró la naturaleza del medio ambiente al generar grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) que emiten las industrias de Estados Unidos, Asia y Europa".


Esto es demagogia anticapitalista, a pesar de las buenas intenciones del emisor. Es ya sabido que la actividad volcánica de la Tierra y en el Mar, es la que emite mayor cantidad de gases y vapor a la atmósfera. El análisis de gases retenidos en muestras de hielo obtenidas a distintas profundidades en Antártida y Groenlandia ha permitido conocer la concentración de dióxido de carbono atmosférico durante los últimos 150 mil años.


Desde hace milenios que existen épocas con más dióxido de carbono en el ambiente que en la actualidad, salido de las constantes erupciones volcánicas en los miles de cráteres activos a lo largo de la Tierra y el Mar. En esos tiempos desde luego que no había industria capitalista contaminante.

Hay más de 1.500 volcanes activos en el mundo. Cada volcán en periodo de actividad puede verter a la atmósfera millones de toneladas de CO2. El Teide, volcán apagado, emite 7.800.000 toneladas al año, el Poás (en Ecuador) pasó de 45 toneladas diarias a unas 500 toneladas diarias en plena erupción. La tasa de emisión difusa de CO2 en el Irazú se estimó que pasaba 183 mil toneladas al año. Habría que multiplicar esta cifra por los miles de volcanes en calma o en actividad eruptiva.

Otro ejemplo del falso discurso climático fue una de las posiciones oficiales en el Evento, que planteaba: "Lo que genera el cambio climático es el modelo consumista, depredador que ahora vive el planeta". Asumir esto como cierto es haber caído en el discurso de la clase dominante a la cual pretenden enfrentar, éstos han de estar conscientes del verdadero futuro climático y quieren encubrirlo.

Mejor que creamos en un estadio imposible de "óptimo climático permanente" con variaciones de algunos grados, e ilusamente hacernos suponer que podemos lograr un "cambio climático" con reducciones en emisiones de gases.

Se empeñan en esta batalla de las ideas para seguir especulando, para que las propiedades mantengan su valor y no colapsen los mercados o el precio de las acciones, ante la fría novedad. Así la opinión pública, los pueblos, no enfrentan la posibilidad de una caída abrupta y brutal de las temperaturas.

Hasta ahora, de lo que conocemos, ninguna de las alternativas ideadas por los movimientos sociales de Bolivia tiene un carácter científico como solución al problema que plantean. Es más, su planteamiento del problema tiene en sí en sesgo insalvable... creer que el calentamiento actual tiene causales y soluciones antrópicas.

Juzgar a la petroleras por impactos ambientales, suponer que la gran industria capitalista detendría sus emisiones pútridas a la mitad o frotarnos las manos de ansiedad ante el cobro de dólares, es conjeturar que tenemos mucho tiempo por delante y desconocer la actual coyuntura del clima global y las auténticas variantes que influyen en él: los astros, el mar, los volcanes, nuestro sol, el movimiento de la tierra.

Y por lo tanto, no abordamos el meollo del asunto: como sobrevivir como sociedad local y global, ante el impacto climático socio-ambiental del advenimiento infranqueable de un pico de frío en plena glaciación.

Pedir justicia, dinero o menos contaminación, a estas alturas, podría ser un error. Bolivia no tiene que repetir argumentos burgueses e imperialistas, repetir Copenhagen, la Cumbre de Rio, el Tratado de Kyoto. Lo importante ahora, tanto como la energía de subsuelo, lo son nuestros agricultores y médicos tradicionales, sus herramientas y conocimientos. Lo importante es viabilizar y garantizar a corto y mediano plazo un sistema de abastecimiento de energía, agua, alimentos y medicina a toda la sociedad.

Hogares y fábricas han de estar ubicados y construidos o mejorados para ser capaces de soportar inclemencias extremas. Conocimientos, agua, semillas y energía para los bolivianos y sus vecinos de la Abya Yala. Invertir esfuerzos para cuidar semillas originarias, fruto de la milenaria domesticación genética llevadas adelante por comunidades indígenas, tiene mil veces más valor inmediato y de largo plazo, que batallar pidiendo "al primer mundo" más dinero.

En rigor, no hay tal "cambio climático". Ningún fenómeno climático llega a ser global. La energía se desplaza, si enfría en un lugar, calienta en otro. De hecho, es el calentamiento del Mar, no de la Tierra, lo que vivimos. Durante el pico de frío en una glaciación, el norte de la Abya Yala se vive una "Edad de Hielo", mientras que en el sur, tendremos algo más parecido a una "Edad de Diluvio". Estaremos agitados por el 30% de la energía del planeta que circula en la Corriente del Golfo, estacionada y aletargada a lo largo de las costas del Mar Atlántico, desde Brasil hasta el Caribe.

Si ha de hacerse un referéndum, que sea para determinar si decidimos, aunque sea por precaución, si debemos tomar medidas urgentes en ambos casos: por el breve período de calentamiento actual y el larguísimo frío cercano. Ello sólo sería una novedad revolucionaria en el debate mundial sobre el clima, en el que imperan los argumentos ideológicos de la ONU. Llevemos a México, a la Décimo Sexta Conferencia Climática de los países, argumentos nuevos y reales.

Hacer política en este sentido, sin considerar la historia del clima, sin advertir nuestras capacidades complementarias de abastecernos de energía y alimentos, traerá pronto como resultado un vagar sin rumbo en una solitaria estepa de hielos o aguas, sin fin.

El clima de la Tierra se comporta según sus ciclos naturales y vivimos sus alteraciones sin novedades en el tiempo geológico. Si en algo ha afectado la industria capitalista al clima, es en un micro nivel, muy local. A menor masa de bosque, mayor velocidad de viento y agua en el ambiente, y con ello, mayor erosión del suelo y menor refracción del calor y retención de humedad. Esta ley se aplica tanto a las grandes urbes capitalistas y su área metropolitana, como en tierras afectadas con monocultivos industriales.

El especialista Jabubiló Abdusamatov director del Observatorio Astronómico Púlkovo, o el periodista Luis Carlos Campos, son algunas de las fuentes de consulta que advierten sobre el ciclo en el que estamos inmersos. Este último, durante una entrevista en que se le pregunta:
Afirma que el cambio climático conduce a una glaciación. ¿Podría concretar en qué se basa? Responde: "Me baso en ciencia. Me amparo en los ciclos solares que son los que rigen el clima y las temperaturas y no el C02 como nos venden los calentólogos, científicos que se basan en simulaciones por ordenador y hablan de calentamiento global. Especulaciones prefabricadas hechas para engañar y pedir dinero... Los ciclos solares son matemáticos. Hay manchas cíclicas que regulan el clima del sistema solar. Cuando desaparecen, nos enfriamos. Según los ciclos nos acercamos a una mini glaciación que empezará en 2012, en el inicio del ciclo solar 24. En 2030 entramos en el mínimo de Gleissberg, llegando al pico en 2080-90. Cuando esto pase nos congelaremos, como en el siglo XVII con el mínimo de Maunder: El Ebro se congelaba y había icebergs en Baleares". También es consultable la Wikipedia, que ilustra profusamente al respeto de las glaciaciones en el planeta.

La eliminación del capitalismo no tiene nada que ver con los ciclos climáticos del planeta. Sin embargo nuestra sobrevivencia como sociedades, en este nuevo estadio del clima, sí tiene mucho que ver con el Modo de Producción dominante.

* Licenciado en Relaciones Internacionales - emirartin@gmail.com

Bolivia: Ideología dominante en la pre Cumbre Climática de los Pueblos